martes, 12 de abril de 2011

Antropología cultural y aventueras aéreas

Un punto importante y singular de realizar este blog, es que de manera didáctica aprendemos y nos lleva a reflexionar sobre cosas que nosotros mismos sabemos pero a veces no nos detenemos a pensar, no ponemos en orden eso que está en nuestras mentes y mucho menos llevarlo a convertir en un discurso que todos pueden leer abiertamente. Ahora me encuentro en un avión que debí haber cogido ayer pero que por razones que no explicaron fue cancelado y pasado al día siguiente, por lo que tengo 8 horas por delante para escribir, reflexionar, discutir con el vecino de al lado, dormir, leer y más cosas. Pero trataré de concentrarme en lo que nos interesa hoy aquí: la cultura.

Creo encontrarme en una situación ventajoso para poder realizar un alejamiento, a veces necesario, para ser objetivos sobre el fenómeno de estudio que nos interesa. Además, al estar encerrada a una altura escalofriante, aunque el encierro sea también en un objeto inventado por esta sociedad ansiosa de hacer más y más cosas nuevas, me obliga a no poder usar el recurso que nos facilita la vida, nos responde las dudas y nos entretiene: internet. También, durante esta semana podré alejarme de la tecnología por encontrarme en una isla donde los gadgets siguen siendo una novedad y todavía están en proceso de intrusión en la vida de sus habitantes. 

Está que claro que vivimos en un periodo de despertar de consciencia con respecto a como estamos haciendo las cosas, pero ese despertar creo que de cierta manera ha sido impuesto por la avalancha de objeto que cada día nos presentan y tratan de hacernos que creer que son necesarios en nuestro día a día. Pero también ese despertar se debe a que nos hemos visto obligados a cuestionarnos muchas maneras de actuar que hasta ahora han sido "normales", de cuestionarnos nuestra relación con el medio que nos rodea, somos muy consciente que se están produciendo cambios a una velocidad que incluso puede asustar, quizás esta sensación de miedo nace en mi, debido a las diferentes experiencias que he pasado a lo largo de mi mediana vida y a la formación que he recibido. He tenido la oportunidad de nacer en un país donde aún existen sociedades tradicionales, inmersas en sus formas de vida del pasado y que de cierta manera rechazan la intromisión de nuestras formas de vida (sinceramente me alegro por ello!). Ese contacto con sociedades tradicionales me han enseñado que hay objetos que nos ayudan a que las cosas sean más fáciles pero que otras (la gran mayoría) han anulado nuestros instintos, nos han convertido en una especie vulnerable que sin cesar necesita inventar, construir y mejorar cada vez más dichos objetos para protegerse, pero la verdad es que esa necesidad de protegerse viene por consecuencia también de nuestros propios inventos y formas de hacer las cosas, de vivir, etc.

La revolución industrial abrió paso a que los tiempos de producción sean más cortos, las ciencias han mejorado los materiales utilizados (aunque para mi que un objeto sea más liviano pero más frágil no es un avance, sino un engaño) y con tantas mejoras hemos olvidado que las cosas deben tener una utilidad, no simplemente una necesidad de consumo sin ninguna utilidad real.

La ficción de que una civilización extraterrestre viniera, en una época futura a nuestro planeta y estudiara nuestros vertederos como medio para comprender nuestras costumbres, sería muy revelador. Primero, porque aunque los prehistoriadores siempre han apreciado los basureros para poder comprender las costumbres de otros civilizaciones, esos pueblos vivían en sociedades donde todo lo utilizado era prácticamente degradable, por eso el descubrimiento de basureros era importantísimo ya que les permitía entender las costumbres alimenticias y recolectar objetos (si es cierto que siempre rotos o desgastados) que usaban en la vida cotidiana e incluso llegar a deducir comportamiento de dichos pueblos.

Segundo, porque nuestros vertederos estarían llenos de objetos nuevos (tirados porque ya no estaban de moda!) y de materiales que no han podido ser asimilados por la naturaleza, su conservación sería mejor, así que el relato que se puede conseguir sería mucha más claro. Además, la cantidad de residuos encontrados sería muchísimo mayor. Por mala suerte vivimos un periodo en el que todavía no sabemos que hacer con la cantidad de basura producida diariamente. Esta situación, para mi, fue evidente el año pasado cuando vivía en la isla de Guadeloupe, donde siempre habían vivido de lo que la tierra les ofrecía, sus desperdicio iban a la tierra y sobre todo a los ríos, pero un buen día comenzaron a llegar paquetes, dentro de estos paquetes más paquetes, nuevos objetos, cada vez más y cada vez más variedad de materiales, pero todo esto sin que les enseñaran, sin que les ofrecieran otras alternativas para verter la basura, por lo que siguen tirando sus desperdicios en los mismo sitios del pasado, la diferencia que estos objetos no los asimila la naturaleza y además contaminan, por eso no es raro que en medio de la selva se encuentren neveras, envases, lavadoras, etc. Siempre me he preguntado por qué llevan los desperdicios a sitios de tan difícil acceso en vez de llevarlos a los vertederos creados (aunque no sean los mejores), hasta ahora no he conseguido ninguna respuesta a mi duda.

El problema de la sociedad de la innovación (como fue llamada a nuestra sociedad por los visitantes extraterrestres) radica principalmente, no en la innovación en si, sino el mensaje incrustado detrás de cada objeto, la publicidad creada para manipular las mentes y las necesidades. Pasamos a ser dominados por empresas con un único objetivo, conseguir beneficios. Durante la sociedad de la renovación los objetos eran creados para que sirvieran durante periodos largos a diferencia de los objetos creados por la sociedad de la innovación, creados para, prácticamente, usar y tirar. Cada temporada, dividida en dos al año, se presentan nuevas colecciones nuevos gadgets, similares a los anteriores que son presentados como los objetos necesarios del momentos, pero que si los estudiamos de cerca, las diferencias son mínimas, a veces incluso sólo es el color.

Creamos un discurso donde el mensaje principal es, si no consumes todos estos objetos no formas parte de esta sociedad y no eres nadie. Esto me recuerda a la campaña, en Estados Unidos, de MySpace en sus inicios con el eslogan era "if dont get myspace you are a loser". Este tipo de publicidad lleva a la gran mayoría de la población a repetir los mismo parámetros de comportamientos en casi todas partes del mundo. Además, así fue presentada una de las primeras redes sociales del mundo.

Internet ha creado un espacio impersonal de comunicación, una gran piscina de ideas, donde hay un flujo incesante de innovaciones, donde se dan cita todo tipo de cosas, personas y situaciones inimaginables. Pero este flujo incesante de ideas no hace que todo sea reproducido, es ahí donde los grandes manipuladores del mercado, de los gobiernos, etc., se dan cita, ellos observan, estudian, analizan todos los comportamientos de los usuarios (es decir, del mundo) para saber como los gustos van cambiando, las nuevas ideas que están surgiendo, el como y que crear para atraer y crear nuevos objetos, como ya hemos dicho antes, para conseguir beneficios. La manera más simple que han conseguido es la demanda a través de la creación de necesidades ficticias.

Estado Unidos es un claro ejemplo de sociedad consumista, produce más de los que consume y además hace que el resto del mundo se contagie con este síntoma. Ir a un supermercado americano, es como ir de aventura, te encuentras toda clase de objetos, muchos obsoletos en menos de un mes. Esta nación es el ejemplo perfecto de sociedad manipulada por el miedo, los comportamientos típicos es comprar y acumular por si acaso, el tamaño de todo lo producido se multiplica por dos: coches, casas, ropa, armas, incluso una bolsa de patatas cuyo tamaño es 5 veces el tamaño de una bolsa del mismo producto en España.

La educación y la tecnología son las herramientas del poder, muchos de los errores que se han cometido es debido a la falta de educación o al suponer que dicho cambio será a mejor. Está claro que para mejorar a veces hay que correr muchos riegos pero esto, para las personas que son simplemente peones educados para consumir, no lo pueden saber ya que no se les ha enseñado a discernir, reflexionar y cuestionar todo lo que se dice y produce.

La sociedad actual tiene el reto de pasar de toda esta necesidad de consumo sin fin, de aprender del pasado para seguir hacia el futuro, porque podemos llegar a degradarnos por nuestro propio comportamiento. La educación debería permitirnos aprender rodeados de creatividad e imaginación, pero en lugar de eso, nuestras aulas de clases están llenas de deberes y obligaciones. Cuando trabajé como profesora me dí cuenta que los niños no son capaces de tener y crear un propio discurso, trataba de estimular su creatividad utilizando sólo imágenes, pero resultó difícil que a partir de una imagen supusieran y recrearan situaciones, esto se debe principalmente a que los acostumbramos a recibir toda la información dada y masticada, con el supuesto que es la correcta y sin el derecho a que la cuestionen, además muchas veces prefieren quedarse callados que ser tildados de subversivos y excluidos de la sociedad.

Estos modelos en vez de llevarnos a una sociedad del conocimiento nos está llevando a una sociedad de la ignorancia, que incluso parece ser respalda por las máquinas de poder y así controlar más fácilmente a cada oveja del rebaño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario